Un Mapa Hacia la Integridad Sexual en Medio del Quebrantamiento Sexual

 

¿Quieres saber cuál es la pregunta que no me deja dormir? Es la siguiente: ¿Cómo puedo honrar a Dios con mi sexualidad en medio de mi quebrantamiento sexual y mis deseos insatisfechos?

En Authentic Intimacy, a menudo usamos el término integridad sexual en lugar de pureza sexual. La primera vez que recuerdo haber escuchado esta distinción, estaba escéptica. ¿No es este tan solo otro empaque elegante de las ideas con las que crecí en el “movimiento de pureza”? Pero a medida que comencé a digerirlo un poco más, me di cuenta de que es posible caminar en integridad sexual, aunque mi vida y mi pasado estén llenos de remordimientos.

La integridad sexual consiste en una entrega diaria a Dios en cada área de nuestras vidas, incluido nuestro quebrantamiento sexual. No soy un chicle masticado, ni un pétalo de flor marchito o desechado. Mi pureza se compra con la sangre de Cristo, y no cambia debido a mis decisiones diarias; esto me dio esperanza. De repente, parecía posible que, incluso alguien como yo, honrara a Dios con su sexualidad.

Me gustaría compartir contigo un «mapa» práctico en forma de un acrónimo “MAPS” (Movement, Accountability, Perspective, Surrender) que me ha ayudado a comprender cómo puedo buscar la integridad sexual al mismo tiempo que reconozco abiertamente mi quebrantamiento sexual. No son mutuamente exclusivos. De hecho, creo que una conciencia saludable de nuestro quebrantamiento es, en realidad, un primer paso hacia la integridad sexual.

 

Movimiento (Movement)

Piensa por un momento en la última vez que sentiste haber fallado al estándar de Dios. ¿Cuál fue tu reacción instintiva cuando te diste cuenta de tu pecado? ¿Corriste hacia Dios como un niño seguro de Su amor y aceptación?; o, como nuestros antiguos padres, ¿corriste y te escondiste, cubriéndote con hojas de higuera por la vergüenza? El el lugar hacia el que se mueven y se direccionan nuestros corazones en estos momentos puede de ser muy intuitivo. Si me escondo de Dios, puede significar que todavía creo en la idea de que mi pureza depende de mí y se puede perder; en lugar de creer que Dios es un lugar seguro al cual correr porque nada —ni siquiera una recaída moral momentánea—puede arrebatarme de Su mano.

Todos tenemos anhelos, dados por Dios, de intimidad y conexión, los cuales nos dirigen hacia Dios o nos alejan de Él, en busca de satisfacción y realización en otro lugar. Cuando enfrento la tentación, me ayuda hacerme la siguiente pregunta: Si lleno este deseo en la forma en que mi carne me está impulsando a hacerlo en este momento, ¿me llevaría eso más cerca de Dios o me llevaría a querer alejarme? Y mientras conozco a mayor profundidad el corazón de Dios hacia mí, recuerdo que soy Su amada y que no hay nada que yo pueda hacer para que Él me ame menos. También, estoy aprendiendo a moverme hacia Él y clamar a Él por ayuda, perdón y misericordia, en mis momentos de fracaso, quebranto, angustia y necesidad. Encuentro enorme consuelo en el Salmo 121 que me recuerda que Dios ve mi necesidad y cuida mi pie de resbalar: «A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida. Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel. » Siempre te estarás moviendo, ya sea hacia Dios o lejos de Él. La integridad sexual significa tomar la decisión de siempre caminar hacia Él, confiando en Sus promesas de amor y redención.

 

Rendición de cuentas (Accountability)

Tener integridad sexual no significa que nunca vas a luchar (o fallar); sino que eliges correr hacia Dios y hacia otros con autenticidad y honestidad. Necesitamos una rendición de cuentas radical en nuestras vidas. Salomón nos recuerda: «Mejor son dos que uno, pues tienen mejor recompensa por su trabajo. Porque si caen, el uno levantará a su compañero. Pero, ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!» Pablo nos insta: «Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados.» y a: «restaurar a nuestro hermano o hermana con una actitud humilde y a ayudarnos a llevar las cargas unos a otros». La Biblia nos exhorta, de muchas formas, a invitar a otros a nuestras vidas y batallas; sin embargo, la realidad de nuestras vidas es otra.

¿Tienes a alguien que conozca tus más profundos miedos, dolores y tentaciones?

¿Te sientes seguro al confesarle tu pecado a un hermano o hermana en tu vida?

¿Tienes a alguien que te haga las preguntas difíciles (que en realidad deseas que te pregunten, pero tienes temor de mencionar)?

Las respuestas a estas preguntas suelen determinar hasta qué punto podemos pelear, de forma efectiva, contra la tentación o debilidad. Cuando no caminamos en integridad, dividimos en pedazos nuestra vida y nunca podemos compartir abiertamente con otras personas. Recuerdo la ruptura interna que mi confusión sexual y mis errores pueden llegar a causar en mi vida. La vergüenza y el mantenerme en lo oculto era como cargar con el peso de ropa mojada, haciéndome sentir como una creyente falsa.

Ahora, tengo una comunidad sólida y dos personas, mi mentora y mi consejera, a quienes les he dado el permiso de preguntarme lo que sea. Ninguna pregunta está fuera de los límites, y cuando respondo con la cruda verdad, sé que ellas van a responder con gracia a lo que sea que les comparta. Personas como estas son barreras de bendición contra el pecado en nuestra vida. Dios desea que, sabiamente, abramos nuestros corazones a otros por nuestro propio bien.

 

Perspectiva (Perspective)

Al final de cuentas, nuestras experiencias sexuales y placer, no se tratan de nosotros. En el mundo de hoy, esto es una afirmación chocante— y para algunos ofensiva—. Cuando me enfrento a una decisión difícil o soy tentada a caer, necesito recordar que mi sexualidad se trata de algo—alguien— mucho más grande. Esto es algo en lo que pienso: en realidad la sexualidad se trata de la gloria de Dios.  

Piensa por un momento en esto: como creyentes, ¿cuál es nuestro propósito final en la tierra? Jesús lo dejó muy claro en Mateo 5:16 «(…) deja que tu luz brille ante los hombres, para que vean tus buenas obras y alaben a tu padre en el cielo.» El propósito de que dejemos que nuestra luz brille y otros vean nuestras buenas obras, no se trata para nada de nosotros. Es para que otras personas vean a Dios y le den la gloria a Él. Cuando vivimos una vida que honra a Dios en todos los aspectos de nuestra vida, especialmente nuestra sexualidad, esto revela la verdadera esencia y valor que puede traer a nuestras vidas el tener una relación con Jesús. Si caminamos en humildad, reconociendo nuestra dependencia de Dios para vivir con integridad y arrepentimiento cuando caemos, exhibimos la bondad de Dios. Vivir en integridad sexual—entregados y adoptando el diseño de Dios para nuestra sexualidad—se trata de mucho más que estar comprometido a la monogamia sexual o el celibato. Se trata de vivir una vida que apunte a la Gran Boda y al Amante de nuestros corazones, quien dio su vida por su novia y la presenta sin mancha y sin arruga. En mis días más difíciles, este cambio de perspectiva le da propósito a la lucha y trae luz a mi desesperación. Tal vez Dios, en su bondad, está usando mi decisión hoy para reflejar, un poco más, Su luz en la oscuridad que me rodea.

 

Rendirse (Surrender)

Originalmente, yo había escrito este acrónimo con tres letras: MAP; pero mientras reflexionaba, sentía que estaba incompleto. Podemos movernos hacia Dios en nuestra lucha, tener una rendición de cuentas radical y ajustar nuestra perspectiva, y aún así seguir luchando por el control en nuestras vidas. Al final, tan sólo saber estas verdades no es suficiente. Esto lo sé de forma personal mientras continuo en la lucha con Dios sobre mis sueños rotos, deseos desordenados y anhelos que tal vez nunca vayan a cumplirse en esta vida. Esta es la parte más dura, incluso dolorosa, de vivir con integridad sexual: Dios nos llama a rendirnos por completo a Él. Siendo muy honesta, usualmente abordo el rendirse como lo haría un niño que valientemente trata de retrasar la hora de dormir, encontrando un millón de excusas y distracciones para postergar lo inevitable. La integridad sexual es imposible sin rendirse a Dios. Rendir mis más profundos deseos y ponerlos en las manos de Dios implica tener una confianza inquebrantable mientras le entrego a Él los tesoros de mi corazón. David lo expresó así: «Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis ansiedades. Fíjate si voy por un camino que te ofende [literal: camino de dolor] y guíame por el camino eterno.» David sabía que abrirle su corazón por completo a Dios y rendirse a Su camino era la única forma de caminar en integridad delante de Él. Créeme, estas palabras están escritas con lágrimas, trazadas con el dolor que viene de luchar para creer, «Jesús te costará todo, pero Él valdrá mucho más que eso» (Greg Coles: Single, Gay, Christian).

Ahora cuando me despierto por la noche pensando en esta pregunta, me recuerdo a mi misma que Dios no me ha dejado sin su guía. Él me motiva, en esos momentos, a moverme hacia Su corazón (mientras Él se mueve hacia mí). Busco rendición de cuentas radical, abriéndole mi corazón a otros. Enfoco mi mirada en la eternidad, así como Jesús lo hizo al enfocarse en el gozo venidero, sabiendo que mis mayores ganancias se encuentran en rendirle cada parte de mi corazón a Él. Entonces, en mi quebranto, mi Salvador toma las piezas rotas que le ofrecí y me hace completa en Él; eso integridad sexual.

 

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Publish Date: September 12, 2023