3 0
Cuando te atrae alguien que no es tu cónyuge
El estereotipo de una relación adúltera en el matrimonio ha sido típicamente la imagen de un marido infiel. El hombre tiene una aventura de una noche en un viaje de negocios o se enamora de su secretaria. Supongo que nunca se nos ocurrió que por cada hombre infiel, también debe haber una mujer infiel. La experta en relaciones Bonnie Eaker Weil compartió en el programa 20/20 de ABC, sus hallazgos de que más del 50 por ciento de las mujeres casadas son sexualmente infieles. Esa estadística no toma en consideración a las innumerables personas que están enredadas en fantasías y asuntos emocionales. Toda mujer casada corre el riesgo de tener una aventura. Si dices: “¡No, yo nunca haría eso!”, toma en serio lo que escribió Pablo: “El que cree estar firme, ¡mire que no caiga!” (1 Corintios 10:12). Toda aventura comienza con una tentación, una atracción. Desafortunadamente, la mayoría de nosotras no tenemos idea de qué hacer cuando un hombre que no es nuestro esposo comienza a prestarnos atención. Se siente bien recibir la atención nuevamente, especialmente si tu matrimonio parece estar estancado. Inmediatamente después de que Pablo nos dijo que tuviéramos cuidado de no caer, nos dio algunos consejos muy prácticos sobre cómo manejar la tentación: “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.” (1 Corintios 10:13, NVI). Si bien la tentación es inevitable, el pecado sigue siendo imperdonable. Incluso si sientes una atracción abrumadora hacia otro hombre (o mujer), la infidelidad no tiene por qué ser tu destino. Dios ha prometido darle una salida a aquellos que estén dispuestos a correr hacia él. No te sorprendas cuando suceda ¿Cuántas aventuras se evitarían si simplemente tuviéramos en mente con anterioridad que es normal ser tentado? Sí, siempre habrá hombres más atractivos que tu esposo, y habrá alguien que parezca tener todas las fortalezas de las que carece tu esposo. Probablemente llegará el día en que te sientas atraída por alguien que parece ser más adecuado para ti que tu esposo. La atracción puede ser incluso espiritual (por ejemplo, la pasión de un hombre por el Señor es tan atractiva en comparación con la de tu esposo, quien parece estar espiritualmente muerto). Ya que sabes que llegará este día, prepárate ahora. ¿Recuerdas en la escuela primaria todas las veces que tuviste un simulacro de incendio o de tornado? ¿Por qué tenemos simulacros? Para prepararnos para un peligro real durante un tiempo que no es de crisis. Con esa misma sabiduría, elabora un plan ahora de lo que harás cuando venga la tentación. ¿Cómo responderás? ¿A quién llamarás para pedir ayuda? ¿Tienes una compañera de rendición de cuentas ahora? ¿A qué mujer en tu vida le has dicho: “Tienes permiso para hacerme las preguntas difíciles sobre mi matrimonio. Quiero que me confrontes si alguna vez ves algo en mi vida que te preocupa”. Al igual que en el simulacro de incendio, si ya has determinado a dónde “correr”, no te quedarás paralizada cuando un verdadero peligro amenace tu matrimonio. Recuerda lo que es real Me había estado reuniendo con Lisa durante unos dos meses antes de que ella me lo contara todo. Durante nuestras primeras sesiones de consejería, ella habló sobre su decepción en el matrimonio y otras frustraciones de la vida. Entonces, llegó el día en que se sintió lo suficientemente segura para hablarme de Doug. Se habían conocido en el gimnasio hacía varios meses y de inmediato se sintieron atraídos. Y además, ¡Doug era cristiano! Lisa y Doug comenzaron “casualmente” a encontrarse en el gimnasio al mismo tiempo y se empezaron a conocer. Eventualmente, comenzaron a encontrarse para tomar café. “Juli, ¡Doug es tan amable y sensible! Él ama al Señor y realmente me ha ayudado a crecer en mi fe. Dios sabe lo sola que me he sentido en mi matrimonio. Creo que Dios está trayendo a Doug a mi vida como respuesta a mi oración dándome una verdadera compañía”. Bueno . . . primero que todo, verifiquemos la realidad. Dios nunca contestará tus oraciones invitándote al pecado. ¿Cómo pudo una mujer cristiana como Lisa, haberse equivocado tanto?Esto tuvo lugar porque Satanás es el engañador. Él te tentará e invitará dudar de la verdad sobre lo que es bueno y lo que es malo. Dios ha equipado nuestros cuerpos con hormonas muy poderosas que se activan cuando entramos en una nueva relación romántica. ¿Recuerdas cuando podías pasar días sin pensar en comida o cuando escribías el nombre de tu novio en tu cuaderno de geometría? Tu mente todavía tiene la capacidad de experimentar el “amor romántico”, incluso siendo una mujer adulta. Las “mariposas” de una nueva relación pueden cegarte de la realidad y lo harán. Si no luchas por encontrar el “verdadero norte” según la Palabra de Dios, tomarás una decisión desastrosa que tendrá consecuencias de gran alcance. No importa cuánto creas que este hombre mejorará tu vida, no lo hará. Ninguna cantidad de dinero, buen sexo o atención puede compensar el alejarte de la comunión con Dios y el representar a Jesucristo ante tu esposo, tus hijos y tu comunidad. Corre rápido Hay un tiempo para caminar y hay un tiempo para correr. Nadie sale de un edificio en llamas de forma casual. Corren por sus vidas. Pablo dice que la tentación sexual representa un momento para correr. “¡Huyan de la tentación sexual!” José nos demostró lo que es “huir”. Literalmente salió corriendo de la esposa de Potifar cuando ella trató de seducirlo. No se detuvo a debatir sobre las consecuencias o a averiguar cómo podía mantener feliz a la mujer sin llegar “hasta el final”. Simplemente corrió. Podrías pensar, no hay nada de malo en coquetear un poco. ¡Sí que lo hay, de hecho esto causa mucho daño! Cuanto más permanezcas en la tentación, más oportunidades tendrá el Enemigo de engañarte. ¿Qué significa “correr”? Significa no darle a la relación ninguna posibilidad de desarrollarse. Si es necesario, cambia de trabajo, vete a vivir a otro vecindario y rehúsate a estar a solas con la persona que representa la tentación. Pide ayuda Una de las cosas más peligrosas que puedes hacer cuando te sientes atraída por otro hombre es mantenerlo en secreto. Es posible que te avergüence admitirle a un amigo que te gusta en secreto o que tengas miedo de que ser honesta signifique que tendrás que renunciar a él. En algunos casos, creo que es apropiado decírselo a tu esposo. “Cariño, solo necesito que sepas que hay un hombre en el trabajo con el que me he comprometido a no estar nunca a solas. No ha pasado nada, pero siento que es una zona de peligro”. Sería muy difícil que una atracción se arraigara después de este tipo de conversación honesta. Si no crees que sea prudente hablar con tu esposo, comparte la situación con una amiga o mentora de confianza. Ella puede orar contigo, darte consejos sólidos y hacerte las preguntas difíciles sobre si estás tomando el camino de escape o si continúas jugando con fuego. Invierte en tu matrimonio Si alguna vez has tenido un problema de salud grave, probablemente hayas cambiado la forma en que abordas tu salud. Un ataque cardíaco casi fatal hará que la mayoría de nosotros renunciemos a las hamburguesas con queso y a los cigarrillos. Lo mismo debería ser cierto de cómo respondemos ante la posibilidad de un matrimonio roto. Debería llevarnos a reexaminar lo que hemos comenzado a dar por sentado. Sé que has escuchado esta afirmación, pero vale la pena repetirla: “La hierba es más verde donde se riega”. Sentirse atraída por otro hombre no solo es una tentación, sino también una indicación de que tal vez tu matrimonio necesita algo de agua. Es una llamada de atención que muestra que tu matrimonio es vulnerable a la infidelidad. ¿Puedes identificar qué deseos tienes que no se están cumpliendo en tu matrimonio? Tal vez sea el momento de invertir en asesoramiento matrimonial, escaparte por un tiempo a solas con tu cónyuge o trabajar en el romance y la satisfacción sexual en tu matrimonio. Incluso si estás casada con un esposo que no responde y que no tiene un fuerte deseo de mejorar el matrimonio, ¿cómo estás invirtiendo tú en la relación? ¿Oras a diario para que Dios te dé amor y paciencia? ¿Tienes la intención de aprender a construir intimidad, en la medida en que dependa de ti? Aunque invertir en tu matrimonio es una forma importante de responder a una tentación, invertir en tu relación con Dios es aún más importante. Hay quienes creen que la mejor arma contra una aventura es un matrimonio fuerte. No estoy de acuerdo. Las mayores armas contra una amenaza espiritual (y la tentación es siempre una amenaza espiritual) es un arma espiritual. Pablo nos dijo específicamente cómo armarnos contra los planes del diablo. Nos dijo que nos vistiéramos con la armadura de Dios: con la coraza de la justicia, el cinturón de la verdad, el escudo de la fe y la espada del espíritu. Amiga, nunca intentes luchar contra una tentación espiritual únicamente con armas emocionales o psicológicas. Perderás. La forma de escape que brinda Dios es aferrarnos a él y correr hacia él. Él puede evitar que tropieces y hacer que estés en presencia de su gloria sin culpa con gran gozo (Judas 24). Si permanezco fiel a lo largo de toda la duración de mi matrimonio, no será simplemente porque amo a mi esposo, sino por cuánto amo al Señor. Aferrarme a Mike puede evitar que me desvíe, pero solo aferrarme a Jesús puede purificar mi corazón. Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo. (Proverbios 18:10).
2 0
Five Things You Need to Know About Women, Orgasm & Intimacy
After speaking at a marriage event, I spent time with couples who wanted to ask a question or share a comment. A young couple sat patiently and silently until everyone else had left the auditorium. As I sat down to talk with them, they could barely get the words out. The young man began, “This is really embarrassing, but we don’t know where else to go for help. Umm, we’ve been married for, umm, six years and umm….” His wife quietly finished his sentence, “I don’t know how to achieve an orgasm.”   As I encouraged them to share more, the husband admitted, “I just feel like I must be doing something wrong.” His wife added, “We get so frustrated. I don’t even want to have sex anymore because I feel so much pressure of disappointing him and feeling like something is wrong with me.”  Research shows that about 75% of women find it difficult to climax through intercourse alone and about ten percent never experience orgasm. This young couple had the courage to ask a very common yet unspoken question. Many articles and even books have been written about the elusive female orgasm; I don’t expect to solve this mystery in one blog. However, here is a primary mental shift for a couple struggling with this frustration: Orgasm isn’t something you achieve, but part of the experience of sexual intimacy. Some studies suggest that, in spite of the sex positivity movement and information on female sexual response, the percentage of women who can’t climax has been increasing. Unrealistic expectations perpetuated by pornography and Hollywood is one reason cited for this escalation. Couples expect to always climax without effort. Mutual and multiple orgasms have become the definition of “great sex.”  While God created both the female and male orgasm as part of sexual intimacy, He didn’t design them to be the purpose of sex, nor the mark of “success.” Sexual intimacy is about much more than orgasm. It is a journey to be shared and experienced as a husband and wife learn to celebrate and love together with their bodies.  If you are among the many women and couples who think of “achieving” orgasm rather than experiencing God's gift of sexual pleasure, here are five things to encourage you on your journey.   Learn to enjoy each other’s touch.  Have you ever spent hours preparing a gourmet meal only to have your family wolf it down in a few minutes? God created food not just for nourishment but for enjoyment. In our fast-paced world, we sometimes have to remind ourselves to slow down and enjoy the taste of food, wine, or coffee. We walk right past flowers we don’t smell and birds we don’t hear. Achievement is the enemy of experience because the journey gets lost in pursuit of the goal.  One of the most helpful suggestions for couples is to go back to the beginning, relearning to enjoy and savor touch, even non-sexual touch. Do you remember the electrifying feeling of first holding hands? The sensation of tender kisses or a shoulder massage?  Sex therapists recommend a series of exercises called Sensate Focus to help couples reawaken to the sensation of physical touch. Cliff and Joyce Penner’s book Restoring the Pleasure* is a wonderful Christian resource that walks couples through similar exercises.    Address the barriers.  Imagine that you are walking down a nature path, enjoying a beautiful day when you run into a big yellow “no trespassing” sign. This is what it may feel like on the “road” to climax. Sex is a mind and body relational experience, meaning a lot of things can go wrong. Body image issues, fear of losing control, physical pain, feeling insecure in your marriage, medications like antidepressants, body memories from past trauma, and fatigue are just a few of the barriers that can stop you dead in your tracks.  You may not even be sure what “cocktail” of relational, emotional, or physical problems contribute to the “no trespassing” sign. Regardless, I encourage you to reach out to a Christian sex therapist that can help you identify and address these barriers.    Rethink the “goal.”  Women who struggle with climax often ask me, “Should I just fake it? My husband doesn’t want sex to stop until I climax. I keep telling him it’s not that important to me, but he takes it as a personal failure if I don’t orgasm. Sometimes I just want to be done with it and go on with our day.”  The purpose of sex is not orgasm. While they may enjoy the pleasure of climax, many women report they are more satisfied by the feeling of closeness during sex. The purpose of sex is a shared journey of intimate knowing. Exploring and enjoying each other’s bodies doesn’t always have to mean intercourse. To take the pressure and expectations off of having an orgasm, husbands and wives need to communicate and, potentially, even redefine the purpose of their sex life. This includes sharing the disappointments they have about sex and learning how to work toward intimacy and mutual pleasure together.  If you need practical help talking about sex, our Date Nights In video series is a great place to start.   Learn the basics of anatomy. The number one source of sex education is online pornography, and porn is a horrible educator for many reasons! Because young men and women “learn” about sex at such young ages, they often believe they know more than they actually do.  Female sexuality is complicated. Her anatomy is hidden, and her sexual response continually fluctuates with hormones and her environment. Most women don't understand their own bodies, so how can we expect their husbands to be experts in female sexuality? Sex is designed to get better with time as husbands and wives learn together. While his sexual response is likely to be more predictable, hers provides the mystery. My friend Dr. Jennifer Degler has great resources for both husbands and wives to learn about a woman’s anatomy and sexual response. You might also want to check out Cliff Penner’s book The Married Guy’s Guide to Great Sex.*   Move from passive to active.  While orgasm is not an achievement, sexual arousal and response is something that requires a woman’s active participation. It doesn’t just “happen” for most women.  Sometimes, women perceive their role in sex as passive. He initiates, he provides the foreplay, he penetrates, and she just lies there. While it may be counterproductive to pursue orgasm (because it becomes a goal), it definitely helps to go after sexual arousal in your mind and body. A man can’t make a woman climax. Her own thoughts and response to stimulation play the key role in her sexual arousal. Many women need direct clitoral stimulation to climax. A woman often learns this first by touching herself and then teaching her husband what is most pleasurable to her. Without her participation and open communication, couples may stay stuck in the rut that becomes all about his arousal and climax.  Some women feel as if it is somehow wrong to become sexually aroused or to initiate sex. The lies that feed this belief can be a major roadblock to entering into the pleasure of sexual intimacy. I was in my second decade of marriage before I made this shift in my own thinking. A mentor, Linda Dillow, challenged me to study the woman in the Song of Solomon. It was then I realized that God actually wants me to experience sexual pleasure. At some level, I had always assumed that sexual pleasure was primarily for husbands.  No matter what challenges you may be walking through as a couple, God’s design is for sexual intimacy to invite you into a deeper “knowing” of one another. Great sex isn’t defined by the couple who always climaxes together, but by the couple who accepts the invitation of authentic intimacy through every challenge of marriage.   If you'd like to learn more on this topic, join our online study through Passion Pursuit for women. Or, as a couple, check out our Date Nights In video series. *This is an affiliate link. AI may earn referral fees from qualifying purchases. Photo by Hian Oliveira on Unsplash