Soltería y sexualidad

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¿Sabías que las mujeres solteras son sexuales? ¿Que tu sexualidad no tiene nada que ver con tener sexo o no? Por ridículo que parezca, muchos cristianos crecen pensando que mágicamente se volverán seres sexuales cuando se casen.

Los solteros son seres sexuales creados a imagen de Dios. Tu sexualidad no está dividida ni separada de ti, esperando el matrimonio; está integrada en todos los aspectos de tu ser: el intelectual, emocional, relacional y espiritual. Es una parte fundamental de cómo Dios te creó.

Creo firmemente que la enseñanza bíblica de reservar la intimidad sexual para el matrimonio sigue siendo relevante para la mujer cristiana de hoy. La plenitud de la expresión sexual fue creada para expresarse solo dentro del pacto del matrimonio. Ninguna cantidad de ciencia moderna o ética situacional puede borrar el hecho de que tu sexualidad es más que tu cuerpo. La relación sexual es un vínculo emocional y espiritual poderoso que siempre tendrá implicaciones; no existe el “sexo casual”.

Aún cuando Dios te ordena que guardes la intimidad sexual para el matrimonio, tu sexualidad es algo que siempre está ahí, incluso cuando el sexo no es parte de tu vida. Debido a que tendemos a hablar solo sobre el acto sexual físico, ignoramos el hecho de que es nuestra sexualidad la que nos impulsa a tener una relación, nos hace desear el matrimonio, expresa nuestro anhelo de ser conocidas, escuchadas, comprendidas y protegidas, nuestro anhelo de ser vulnerables, de un alma a otra, con otra persona y, en última instancia, nuestro anhelo de ser conocidas por Dios. Como soltera, tu sexualidad tiene un propósito.

La sexualidad nos lleva hacia la relación

El énfasis excesivo en el acto sexual a menudo nos hace perder de vista el hecho de que la sexualidad se trata de intimidad y relación. Hace poco estuve hablando con una mujer de unos treinta años que había vivido una temporada de su vida como bisexual. En los últimos años, llegó a la convicción de que sus relaciones sexuales no eran lo que Dios quería para su vida. Sin embargo, todavía estaba confundida sobre lo que eso significaba.

“Juli, todavía quiero estar cerca de las mujeres. Amo a mis amigas y odio el hecho de que no puedo tener intimidad con ellas”. Mientras hablábamos, le ayudé a esta joven a desenredar los conceptos de intimidad y sexo. En nuestro mundo, las dos ideas se han enmarañado. De hecho, la intimidad sexual es solo un aspecto de la intimidad. Yo tengo relaciones íntimas con hombres y mujeres, pero no tengo sexo con ellos.

Un aspecto central de nuestra sexualidad es el anhelo de ser conocidas y compartir íntimamente con otra persona. Sí, eso se expresa en su plenitud en el matrimonio. Sin embargo, mi sexualidad como mujer impacta profundamente en cómo me relaciono con los demás fuera del dormitorio. Tu anhelo de nutrir, conectar y compartir con otra persona, así como tu anhelo de confiar plenamente en ella, son todos aspectos de la imagen de Dios expresados ​​en tu feminidad y sexualidad.

La sexualidad nos enseña acerca de Dios

Efesios 5: 31–32 alude al hecho de que el sexo dentro del matrimonio es una metáfora santa que apunta al misterio espiritual del pacto de amor de Dios por nosotros. A lo largo de las Escrituras, el sexo se usa para expresar aspectos del pacto de Dios y el grado de intimidad que tiene con su pueblo. Esto significa que los hombres y mujeres casados ​​deben aprender los misterios de Dios a medida que experimentan el sexo juntos. Creo que los solteros también pueden entender algo más profundo sobre Dios a través de su sexualidad. Jesús habló de cómo lloraremos y añoraremos al Novio cuando no esté con nosotros. Desearemos su presencia y tendremos profundos anhelos que no son satisfechos. ¡Los solteros definitivamente entienden esto!

Cuando leo las expresiones de anhelo espiritual expresadas en algunos de los Salmos, no puedo evitar pensar en una mujer soltera que anhela la verdadera intimidad. Aquí están algunos ejemplos:

Oh Dios, tú eres mi Dios;

yo te busco intensamente.

Mi alma tiene sed de ti;

todo mi ser te anhela,

cual tierra seca, extenuada y sedienta. (Salmo 63:1)

 

Anhelo con el alma los atrios del Señor;

casi agonizo por estar en ellos.

Con el corazón, con todo el cuerpo,

canto alegre al Dios de la vida. (Salmo 84:2)

 

La lucha por la integridad sexual no es solo para solteros

Las mujeres casadas y solteras tienen mucho más en común de lo que creen. Creo que no nos ayudamos para nada cuando separamos las conversaciones sexuales entre mujeres solteras y casadas. ¿Sabes que muchas mujeres casadas luchan con la frustración y las tentaciones sexuales?

Me he reunido con muchos hombres y mujeres jóvenes que piensan que su lucha por mantenerse puros terminará con una ceremonia de boda. ¡Incorrecto! La pureza sexual es una batalla que continuará a lo largo de la edad adulta. Simplemente toma una forma diferente en el matrimonio.

Tus amigos casados ​​son libres de tener relaciones sexuales con su pareja, pero eso no significa que no estén luchando con la pornografía, los deseos no satisfechos, las imágenes del pasado, los coqueteos extramatrimoniales y los conflictos sobre el sexo en el matrimonio.

¿Por qué es importante que sepas esto de soltera? Porque te ayuda a entender que tu sexualidad no se trata de un interruptor de "encendido y apagado" llamado matrimonio. Significa comprender que ser una mujer adulta sexual es parte del diseño de Dios para ti como alguien que porta la imagen de Cristo. No lo entiendo del todo, es un misterio, pero sigue siendo una realidad.

Soltera o casada, rendir tu sexualidad al el señorío de Cristo siempre será un desafío. En esta temporada de soltería, no ayuda fingir que no eres sexual. En cambio pregúntate, ¿cómo puedes expresar tu sexualidad de maneras que honren a Dios y que validen tus anhelos de intimidad? Aquí hay algunos pensamientos:

1. Cuida tu mente. Vivimos en una cultura saturada de sexo. Para muchos, la accesibilidad de la pornografía en todos los dispositivos móviles hace que parezca imposible no pensar en el sexo. Otras mujeres que no se sienten tentadas por la pornografía visual pueden consumir "pornografía emocional". En otras palabras, películas, novelas románticas y reality shows que presentan el romance bajo una luz muy alejada de la realidad.

Cantar de los Cantares nos advierte que no debemos despertar el amor antes de tiempo. Necesitas saber qué provoca tu pensamiento y hace que tu motor funcione sin tener adónde ir.

2. Canaliza tu deseo de intimidad de una manera saludable. Recuerda que la intimidad no significa sexo. Creo que muchas mujeres que luchan con la tentación sexual anhelan más la intimidad que el sexo. Muéstrame una mujer que está enganchada con Cincuenta sombras de Grey y en ella te mostraré una mujer que se siente sola. Ella anhela la intimidad, el sentimiento de ser conocida, apreciada, valorada y amada.

Aunque tenemos hormonas y anhelos sexuales, no son tan poderosos como nuestro deseo de intimidad. El acto sexual físico, aunque hermoso como expresión de intimidad, es un reemplazo barato para ese profundo deseo. Vivimos en un mundo que sabotea la intimidad a cada paso mientras promueve el sexo como un sustituto adecuado. Ninguna cantidad de sexo (real o imaginario) puede compensar la falta de intimidad.

Dios puede o no tener el matrimonio para ti en el futuro, pero su voluntad para ti es que tengas relaciones profundas e íntimas dentro del cuerpo de Cristo. En algunos casos, las amistades profundas pueden ser incluso más satisfactorias que el matrimonio. David expresó esto sobre su íntima amistad con Jonatán. Pablo, quien fue soltero la mayor parte de su vida (si no toda) comparte sus escritos sobre muchas amistades íntimas que lo alentaron a través de los años.

3. Aprende de una viuda. El otro día, noté a una "heroína desconocida" entre las mujeres de la Biblia. Su nombre era Ana. No sabemos mucho sobre ella, pero aquí está su testimonio registrado en Lucas:

Ana, una profetisa, también estaba allí en el templo [cuando María y José llevaron al niño Jesús al templo]. Era hija de Fanuel, de la tribu de Aser, y era muy anciana. Su esposo murió cuando llevaban casados ​​solo siete años. Luego vivió como viuda hasta los ochenta y cuatro años. Ella nunca salió del templo, pero se quedó allí día y noche, adorando a Dios con ayuno y oración. Ella llegó justo cuando Simeón estaba hablando con María y José, y comenzó a alabar a Dios. Ella hablaba del niño a todos los que habían estado esperando que Dios rescatara a Jerusalén. (Lucas 2: 36-38)

Aquí tenemos una viuda que conoció la intimidad marital y sexual cuando era joven. Cuando enviudó, no buscó intimidad en otro hombre, sino que la buscó en el Señor hasta los 84 años. ¡Su búsqueda constante fue recompensada con la presencia del Mesías!

Si Ana estuviera viva hoy, me pregunto cuál sería su consejo. Me encantaría preguntarle sobre su experiencia como mujer casada que luego eligió una vida de soltería, buscando la intimidad con Dios. Muy a menudo vemos la “intimidad con Dios” como una sugerencia trivial para nuestra soledad. Sin embargo, Ana era una mujer que creía que adorar y buscar a Dios podía ser aún más satisfactorio que la expresión de su sexualidad en el matrimonio.

¿Significa esto que todos deberíamos convertirnos en monjas y estar "casados ​​con Cristo"? No. Como Pablo enseñó en 1 Corintios 7, cada uno de nosotros tiene un llamado diferente. Algunas mujeres sirven al Señor como esposas y mamás. Sin embargo, hay una verdadera intimidad en la adoración y la obediencia al Señor. Puedes cantar sobre eso todos los domingos, pero ¿lo has experimentado? ¿Sabes lo que es clamar como lo hizo David: “Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo”? Él responderá.

Si bien el matrimonio es algo maravilloso, la intimidad es el objetivo principal. Permite que tu sexualidad y tus anhelos te recuerden que Dios te ha creado para tener una relación; una relación con los demás y una relación con él.

¿Quieres aprender más? Juli acaba de escribir un estudio bíblico de seis semanas llamado “El sexo y la chica soltera” y ¡puedes comprar el libro en español aquí!

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Límites sexuales en la soltería
Cuando las mujeres abordan temas de sexualidad, las preguntas más comunes usualmente tienen que ver con cuáles cosas está bien que una mujer cristiana interactúe y con cuáles no. Quieren saber cuáles son los límites. ¿La masturbación es algo malo? ¿Sigo siendo virgen si tuve sexo oral? ¿Está mal leer novelas eróticas como Cincuenta sombras de Grey? ¿Qué tan lejos es “ir muy lejos” en una relación cuando estás saliendo con alguien? Hay muchas opiniones disponibles para cada una de estas preguntas. Hazle estas preguntas a cinco personas que conozcas y lo más seguro es que escuches cinco respuestas muy diferentes. Y seamos honestos. . . usualmente adoptamos la respuesta que más se acerque a lo que queramos oír. Mi opinión frente a estas preguntas no importa, y tampoco importa la opinión de tu mejor amiga. Dios es el que te creó como un ser sexual. Si realmente quieres que tu sexualidad sea una expresión de tu amor por Cristo, su opinión es la única que importa.  A medida que abordas las implicaciones prácticas de tus decisiones sexuales, puedes hacerte tres preguntas importantes que te ayudarán a discernir la opinión de Dios frente a tus inquietudes. ¿Estás lista? Pregunta #1 – ¿Qué dice la Biblia? “En esta tierra soy un extranjero; no escondas de mí tus mandamientos. A toda hora siento un nudo en la garganta por el deseo de conocer tus juicios.” (Salmo 119:19–20). Si eres una hija de Dios, eres una extranjera en esta tierra. No vas a tomar decisiones (y no deberías hacerlo) de la misma forma que el mundo. El autor del Salmo 119 tenía esto muy claro y anhelaba la instrucción de Dios. La Palabra de Dios llegó a ser su deleite porque le daba respuestas prácticas sobre cómo un hijo de Dios debería vivir la vida en la tierra. La Palabra de Dios puede ayudarte de la misma manera hoy. Debe ser una “lámpara a tus pies y lumbrera a tu camino” (Salmo 119:105). Aunque la Biblia no aborda de manera específica cada pregunta de carácter sexual, sí afirma claramente que hay ciertas actividades sexuales que no son aceptables a los ojos de Dios. Veamos cuáles son algunas de ellas.  A continuación encontrarás una lista de prácticas sexuales que la Biblia prohíbe. Algunas del Antiguo Testamento y algunas del Nuevo Testamento. Algunas personas ponen en duda la aplicabilidad de referencias del Antiguo Testamento en la vida de los cristianos hoy en día, puesto que éstas expresaban la ley judía. Después de todo, ya no seguimos reglas acerca de no comer mariscos o ser ritualmente impuras durante la menstruación. Un estudio de la Biblia podría darte una respuesta sofisticada, pero aquí te comparto una forma de pensar en esto: la enseñanza acerca de moralidad en el Antiguo Testamento fue repetida y reforzada por Jesús en el Nuevo Testamento mientras que las enseñanzas sobre lo “puro o impuro” no lo fueron. La muerte de Jesús en la cruz hizo que el sistema sacrificial se volviera obsoleto; quienes confían en Cristo son “limpios”. Sin embargo, nuestras acciones pueden seguir siendo inmorales y ofensivas hacia Dios.  En la Biblia, estas prácticas sexuales se definen como inmorales: Fornicación – Este es un término amplio para el sexo inmoral e incluye el incesto, el sexo antes del matrimonio y fuera del matrimonio. (1 Corintios 6:18–20, 7:2, Gálatas 5:19–20, 1 Tesalonicenses 4:3) Adulterio – Este término se refiere al hecho de tener sexo con alguien diferente a tu cónyuge. Está prohibido en los Diez Mandamientos; Jesús amplió su definición al hablar del “adulterio en el corazón” (Éxodo 20:14, Proverbios 6:23, Mateo 5:28, Hebreos 13:4) Homosexualidad – Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento describen la actividad homosexual como una perversión del diseño de Dios. No es pecado tener pensamientos o sentimientos homosexuales —¡no podemos controlar aquello por lo que somos tentados! Pero llevar esas tentaciones a la acción sí está mal a los ojos de Dios (Levítico 18:22, Levítico 20:13, Romanos 1:27, 1 Corintios 6:9). Prostitución – La profesión más antigua del mundo nunca ha sido algo bueno para Dios. (Deuteronomio 23:17, Proverbios 7:4–27, 1 Corintios 6:15). Pasiones lujuriosas – Esto no se refiere al deseo sexual dado por Dios que un hombre o una mujer siente por su cónyuge. Se refiere al deseo sexual descontrolado por alguien con quien no estás casado. (Marcos 7:21–22, Efesios 4:19). Obscenidad y bromas groseras – A Dios le importa mucho más que lo que hacemos sexualmente. Él quiere que nuestras palabras también muestren respeto frente al regalo divino que es la sexualidad (Efesios 4:29, 5:4). Estoy segura de que has notado que algunas de estas prohibiciones no son políticamente correctas. La palabra de Dios no cambia la opinión popular, así que es importante saber qué es lo que la Biblia dice realmente en lugar de confiar en interpretaciones culturales. Pregunta #2- ¿Es consistente con el diseño de Dios para la sexualidad?  ¿Alguna vez te has preguntado cuál es la voluntad de Dios para tu vida? ¿Si el matrimonio está en sus planes para tu futuro o no? ¿O qué trabajo quiere Dios que tengas? Hay muy pocos versículos que digan específicamente cuál es la voluntad de Dios para tu vida. Este es uno de ellos: 1 Tesalonicenses 4:3 dice, “La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual.” La inmoralidad sexual es cualquier cosa que distorsione o abuse de la sexualidad y de su santa expresión. En nuestra manera de pensar, tenemos formas “aceptables” de distorsionar el sexo. Por ejemplo, a algunas mujeres que nunca verían pornografía les parece perfectamente aceptable leer una historia de amor pornográfica como Cincuenta sombras de Grey. Cuando te preguntes si cierto acto sexual está bien o mal, hazte esta pregunta: “¿Es este pensamiento o acción consistente con el diseño de Dios para la sexualidad como una hermosa expresión de amor entre un hombre y una mujer dentro del pacto de matrimonio?” Pregunta #3 – ¿Es beneficioso? No todo acto o pensamiento sexual está enumerado en la Biblia con un “sí” o un “no” al lado. Algunas cosas simplemente parecen ser áreas grises. Por ejemplo, sabemos, gracias a la Biblia, que la expresión completa de la sexualidad debe reservarse para el matrimonio. ¿Está bien que una pareja se bese, se toque, que tenga fantasías acerca de lo que harán una vez estén casados? En su carta a la iglesia en Corinto, Pablo nos dio buenos parámetros para ayudarnos a discernir qué hacer cuando la Biblia no es clara: “Todo está permitido”, pero no todo es provechoso. “Todo está permitido”, pero no todo es constructivo. Que nadie busque sus propios intereses, sino los del prójimo.(1 Corintios 10:23–24, NVI) Aunque puede que no estés rompiendo las reglas con tu novio, algunas de las cosas que eligen hacer juntos pueden ser perjudiciales para alguno de ustedes o para ambos. Supongo que probablemente has hecho cosas con un chico en el pasado y te arrepientes de haberle dado algo de ti misma, aún si no fuiste hasta “el final”. Aún cuando algo no está específicamente prohibido, puede ser perjudicial, egoísta, u odioso. Puede que los besos apasionados no te tienten, pero si tientan a tu novio a ir más lejos y hace que su mente piense más allá, estas acciones no son beneficiosas para él. Dios no quiere que simplemente sigamos un grupo de reglas. Él quiere que busquemos su sabiduría y que lo honremos con cada decisión que tomemos. Su deseo es que tomes decisiones sabias que te guarden de daños emocionales y espirituales.  A pesar de lo mucho que nos molesten las reglas, es difícil para nosotros no contar con parámetros claros en esta área. Una parte importante al rendirle tu sexualidad al Señor consiste en pedirle sabiduría frente a estas preguntas tan personales. Si Dios ya se ha expresado claramente en su palabra, sé obediente aún cuando no entiendas sus razones. Si Dios no ha sido claro, ¡pídele que te guíe! Aquí te comparto algunas ideas de mi amiga Chelsey Nugteren acerca de su proceso al buscar límites sanos por parte de Dios al salir con alguien: Yo era esa joven mujer cristiana que solo se apropiaba de las respuestas que quería oír. En lo profundo, sabía que mis decisiones estaban mal, pero honestamente, simplemente era más fácil escuchar a mis compañeros. Mi comprensión superficial del amor de Dios por mí evitaba que pudiera comprender el hecho de que su verdad fue creada para protegerme. Intercambié la pureza que podía llenarme por el placer momentáneo.  En lugar de ver los límites creados por Dios como algo que me brindaba protección, los veía como algo que me impedía vivir mi vida. He aprendido que el amor de Dios por mí es mucho más grande de lo que me puedo imaginar, y Él verdaderamente quiere lo mejor para mi vida. Ahora entiendo que Dios me pone límites para protegerme y para cuidarme del dolor, no para ser un aguafiestas y hacerme la vida difícil. Lo cierto es que seguir la verdad de Dios trae libertad del dolor que trae el pecado sexual.  ¿Cuántas personas casadas has conocido que se alegren de haber tenido diferentes relaciones sexuales antes de casarse? ¿Cuántos solteros han dicho, de  forma honesta, que la pornografía ha sido beneficiosa en su vida? ¿O cuántas parejas comprometidas para casarse han expresado estar agradecidas por haber cruzado límites y haber ido “muy lejos” en su relación? Lo más seguro es que ninguna. El Enemigo claramente está cumpliendo con su trabajo como engañador—llevándonos a creer que estas cosas son inofensivas y divertidas, pero siempre miraremos atrás con remordimiento, deseando haber tomado decisiones diferentes. Honestamente creo que habría tomado decisiones más sabias en mis relaciones si hubiese tenido alguien a quien rendirle cuentas—alguien que me recordara la verdad de Dios y que me  ayudara a mantenerme en ella. Por muchos años intenté mantener mi pureza sexual por mi cuenta y fallé. Decidí guardar silencio acerca de esta área en mi vida. Mi vergüenza y mi culpa me aislaron. Estaba convencida de que yo era la única que luchaba con este tipo de cosas.  El propósito de este artículo no es hacerte sentir culpable por tus errores pasados, sino ayudarte a tomar mejores decisiones de aquí en adelante. El Enemigo siempre tratará de convencerte de que es demasiado tarde para ser pura. ¿Has escuchado sus susurros llenos de engaño? “Ya tuviste sexo; es demasiado tarde para ser pura a los ojos de Dios.” “Tu matrimonio va a sufrir debido a tus pecados pasados.” “Dios no puede perdonar lo que hiciste.” “Ya llegaste hasta este punto; ir un poco más lejos no te hará daño.” Reconoce estos susurros por lo que son—mentiras—y deja que la verdad de Dios acerca de ti sea una realidad. Él ya te perdonó. No es demasiado tarde. No estás sola. No importa cuál sea tu lucha, hay otras mujeres cristianas pasando por lo mismo. Puede que sientas que eres la única a la que le importa lo que Dios piensa, pero hay otras mujeres cristianas a tu alrededor que quieren honrar a Dios en su sexualidad. Sé valiente y encuentra a otras mujeres creyentes con las que puedas caminar en pureza. Puede que te sientas como una extranjera en este mundo, ¡pero hay otras “extranjeras” que están comprometidas con la Palabra de Dios como el fundamento de verdad diario y práctico! ¿Quieres aprender más acerca de la sexualidad en tu soltería? Juli publicó un estudio de seis semanas llamado El sexo y la chica soltera, haz click aquí para ver el libro en español.
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Porn: A Quick Fix But No Solution
I’m thrilled to introduce the Authentic Intimacy community to our new Director of Discipleship, Joy Skarka. Joy brings not only education and experience, but also her own story of transformation from sexual bondage to freedom in Christ. —Juli (Presione aquí para leer en español).  Since COVID-19 the pornography industry has seen a massive increase in website traffic. On March 24th, one major site announced that their premium content would be free to all visitors resulting in a massive increase of 18.5%. The site explained that watching free porn will encourage people to stay home and flatten the curve.  It’s no surprise that many will turn to porn in our current circumstance. I know because this used to be my story. In moments of pain, I turned to porn to escape my reality. Engaging with pornography appeared to be a quick fix for my negative emotions and feelings, but it was never fully satisfying. These negative emotions and feelings could include fear, anxiety, isolation, stress, and boredom, all of which are currently at an all-time high for many of us. In our fear and anxiety surrounding the COVID-19 pandemic, we search for things to comfort us and make us feel safe. We watch the news and scroll through our Twitter feeds. We buy all the toilet paper and Clorox wipes off the shelves. We binge Netflix hoping that a little distraction and a quick feeling of pleasure will calm our nerves. The small decision we make to turn to porn for comfort has lasting impact on our brains. Porn rewires our brain by reconstructing our neurological pathways and bonding us to the images. Often we start by looking at simple images, joining a chat room, reading a romance novel, or turning to internet porn. Then dopamine, a pleasurable chemical, is released into the brain. Over time, we develop a tolerance and become desensitized to the images. When the levels of dopamine are no longer high enough to feel pleasure, a person will want something stronger. Just like a drug addiction, a person can develop a chemical addiction to pornography. In the moment when we look to porn, we fail to think about the lasting negative impacts. This is the power of addiction, but the good news is that we worship a God who has the power to overcome our addictions and bring healing to our brains. While in quarantine, we may also feel lonely. Living alone or even with a roommate during a crisis like this one may accentuate the isolation of singleness. You may feel unloved or unwanted when you are stuck inside the walls of your home. And marriage can feel lonely too. When two people are forced to spend time together, conflict can make you wish you lived alone. In our pain, we seek quick solutions to fix our heart problems. (Check out the Marriage Survival Guide: Surviving A Quarantine With Your Spouse.)  Our souls cry out for intimacy and connection. During this time when people are stuck at home, separated from loved ones, and living in fear, it makes sense that we would seek out something to address our longings. We were created for intimacy. We were created to be loved and to want love, yet we turn to things that will never satisfy us. The world often separates intimacy from sex. You can have sex without intimacy and intimacy without sex. Porn is sex without intimacy. While it promises connection, porn will ultimately create further isolation from people, from God, and from the beautiful picture of how sex was designed. Sex is relational. Sex is spiritual. Porn is isolating and will never fill our longings. With one click of a button, we can feel “connected” for a few minutes, but this feeling quickly fades.  If porn won’t meet your needs, what will?  Temptation is an illegitimate way to address our legitimate longings. Your anxiety and loneliness are real. Turning to porn is an easy solution to our fears, loneliness, and boredom, but is it lasting?  The only thing that will fill our heart longings and desires is intimacy with God. God wants to use our present circumstances to allow us to run back to him and experience his intimacy. My prayer for myself and for all of us is that we will use our pain for good during this season. I pray that even in the times we feel lonely or struggle with anxiety, we will run to God for his comfort and not to pornography.  If you sometimes struggle with porn or even if you recently had a major relapse, here are some practical next steps and tools:    1) Turn to God to fill your longings.  Intimacy with God can be deepened through prayer, Bible reading, and worship. Use your extra time at home to spend time in God’s presence. (Check out a devotional by Juli Slattery about intimacy with God.)   2) Turn to God for healing.  Today, during my time with God, I read the story of Jesus healing the woman who bled continuously. For twelve years, she suffered, and even spent all her money to try and get better, but she only grew worse. After reaching out and touching Jesus’ cloak her bleeding immediately stopped.  If you have struggled with porn for years, there is hope. Reach out to Jesus, and he can bring you lasting healing.    3) Find community online.  Join our date night series or our membership community. We need to connect to real people through video conferencing and talking on the phone. FaceTime a friend and pray together. We need God, but we also need human connection. The internet can be a powerful tool to connect us or a dangerous tool that can isolate us from God and others.  You can also join online groups that provide community and support specific to pornography. I am currently leading a Pure Desire group. Join a group today.   4) Check out other Authentic Intimacy resources. Java with Juli Podcast: #300: Christians Struggle with Sexual Addiction Too. Webinar: Pornography: Help for Spouses & Parents  Blog: Breaking Free From Addiction and When Your Kids Look at Porn   5) Learn how to sit in your discomfort. Instead of turning to porn, Netflix, or food, journal your feelings. Give yourself permission to cry, to admit feeling overwhelmed, lonely or anxious. You do not need to deny these feelings, but instead turn to God with them. Cry out to God; he can handle our fears, worries, and insecurities. He is all-powerful and all-knowing and the best comforter. As we practice this act of surrender and sitting in our discomfort, we will exercise this muscle. This action may feel difficult now, but over time this will get easier.    Whatever COVID-19 reveals about our hearts, God can heal. He is our healer. We are praying for you in this season!     Joy Skarka is passionate about creating spaces to free women from shame. Joy earned her undergraduate degree at the University of South Florida, a Master of Arts degree from Dallas Theological Seminary (DTS), and is currently pursuing a Doctor of Educational Ministries degree from DTS studying how women find freedom from sexual shame. While in college she began writing, speaking, and leading online small groups with the goal of helping women experience freedom from sexual shame. In 2020, Joy transitioned from her ministry to serve as the Director of Discipleship for Authentic Intimacy. Joy married her husband Zack in 2017, and they live in Florida.       You may also find the following resources helpful: Java Pack: Learning to Trust Date Nights In: A series of four online events for married couples about how to talk, fight, and pray about sex. COVID-19 Marriage Survival Guide Don't Waste The Pain (blog) Java with Juli #306: When You Can't Wait Another Day Java with Juli #40: Bonus! What Do You Fear?